27/11/07

Mi testimonio

Tuve el agrado de conocer al Señor cuando tenía 24 años aproximadamente, ahora tengo 30, todo fue tan inesperado.... mi vida era aparentemente ideal, sin compromisos de ningún tipo, sin "ataduras" y responsabilidades, era un estudiante universitario de muy buen nivel académico, "popular" por las orgías llenas de alcohol, sexo y drogas que se engendraban en mi departamento de soltero, me gusta el rock y en ese entonces todo lo que me interesaba era producir bandas y realizar conciertos... así pasaron 5 años de mi vida universitaria.

Aproximadamente a un año de graduarme, conozco a una mujer sensasional, actualmente mi esposa y ayuda idónea, quien era cristiana y quien me hablaba de manera indirecta de la palabra de Dios... yo en ese entonces nunca le presté atención, me empeciné en hacerle "caer" a la "cristianita", y lo logré.... la hice a mi mundo y le metí ideas fuera de todo contexto religioso: unión libre, sexo ilícito, alcohol, pornografía y demás....

Las cosas se matizaron de un falso amor al inicio, ella muy dolida siempre me hablaba del yugo desigual, de las maldiciones y de los frutos de la carne, a lo cual yo simplemente acudía a algún texto o canción de mundo para desviar sus intenciones de rectificarse y de que no me dejara.

El tiempo pasó y a pesar de que vivíamos un noviazgo con todo lo que implica un matrimonio, siempre estuvo presente la idea de vivir juntos, sin casarnos obviamente... era una de mis condiciones.

Luego vino un embarazo, el cual me negaba aceptar, me daba miedo... Dios de alguna forma empezó a trabajar conmigo; ahora se que las oraciones de mi novia en ese entonces y de su familia, estarían siendo respondidas por el Señor... primero acepté casarme y comprendí de manera carnal lo que implica vivir en fornicación... el embarazo era de riesgo y la vida de mi ahora esposa estaba en peligro, al momento del parto sentí claramente que la muerte rondaba el quirófano de la clínica, a mi manera me puse a pedirle al Señor que guardase sus vidas... cuando me invitaron al pasar al quirófano y presencié el nacimiento de mi primer hijo, una alegría inexplicable me inundó y recuerdo que lloré por varias horas de felicidad... mi hijo había nacido y mi esposa estaba muy pero muy bien... cuando ya estábamos en casa, un familiar de mi esposa, muy ungido en el Señor, empezó a hablar de la palabra, fueron horas de conversación, discusión, de objetar en base a mi pensamiento lógico que tenía raíces seudo anarquistas, filosóficas y sociales.....al final decidí dar ese primer paso... aceptar en mi corazón con todas mis fuerzas a Jesús como mi Señor y Salvador.... pero ahi no acaba la historia, sería poco tiempo de vivir en bendición, apegado a la palabra, sirviendo en la iglesia, cantando y evangelizando...

Recuerdan que en mi vida pasada yo le hice "caer" a mi eposa???... la vida me jugaría una mala pasada y yo mismo me dejé caer, nuevamente la puerca vuelve al lodo y el perro al vómito.... empezó con una simple "copita" y luego fueron otras, y otras, y tabaco, y luego mujeres y muchas cosas más que no me son gratas recordar.

Regresé al desierto y estuve perdido por 4 años, abanderado por la anarquía: sin dios, ni amo ni patrón, aunque en el fondo el Espíritu Santo me redargüía y yo más sordo que los mismos sordos no hice caso, me acordaba de orar cuando me sentía en peligro o cuando en el trabajo se presentaban situaciones extrañas de estabilidad... cuatro años de blasfemias, de peleas con mi esposa y un sin fin de razones de divorcio, de desperdicio, de matar al prójimo...

Un día, mientras caminaba me pregunté a mismo que pasó, empecé a recordar los días y las noches tranquilas en las que dormía plácidamente cuando le entragaba al Señor mis cargas, la vida sana que da el Espíritu y las bendiones que Dios Padre da a sus hijos.... a pocos días de esa extraña coversación conmigo mismo, hice una oración a los cuatro años, donde pude sentir el abrazo del Padre, como en la parábola del hijo pródigo, sentí en mi interior ir a congregarme y se me hizo eterno esperar el fin de semana para ir a la iglesia... paralelamente, mi hermana menor, inconversa, con un estilo de vida similar al mío, sentía una enfermedad, principios de cáncer en su matriz, lo cual la llevó a mi casa y supe decir "es hora de que yo regrese a los pies del Señor y esto que tú sufres es una llamado para que rindas tu vida ante Él".

Nos congregamos, en mi caso la reconciliación con el Señor Jesús fue de lo más hermoso e inexplicable, estoy encadenado a sus pies y POR SU SANGRE tengo vida eterna, supe lo que perdí en esos años y ahora nada ni nadie me separará de Él, ahora sé lo que es tener a Dios sobre todas las cosas, y sé lo que es buscar primero a Dios y que el resto venga por añadidura.... mi hermana es actualmente muy usada por el Señor... ah y su enfermedad fue sanada por fé y por su sangre preciosa derramada en el madero....